El espacio público es de todos, pero ¿sabemos cómo cuidarlo y respetarlo?

Cuando uno sale a la calle se ven muchas cosas, pero una de las cosas que más molestan y contaminan el paisaje urbano es el poco apego que tienen las personas a cuidar el espacio público.

Tirar basura al piso, escupir, no limpiar la caca de perro, el bocinazo, son acciones contaminantes, que comparado con lo que hacen quienes conducen vehículos motorizados al subir su automóvil a la vereda, o bloqueando una senda peatonal o rampa para personas con movilidad diferente o circular por donde no se debe, si bien no constituyen un atenuante, generan un ambiente urbano inadecuado, nocivo y muchas veces irrespirable.

Cuando hablamos de espacio público nos enfrentamos a diferentes escenarios, pero especialmente aquellos que creemos que pueden compartirse y aquellos que no.

Si hablamos de un parque, decimos que es un espacio de recreación y convivencia compartido solo por personas, no puede ser usado por vehículos motorizados, y quizás la bicicleta sea el único vehículo que pudiéramos poner dentro de un parque, y ¿saben por qué? Simplemente porque es un medio de transporte ecológico y no destructivo, con lo cual podemos decir que en el parque vemos personas caminando, jugando, descansando, tomando sol y por qué no, andando en bicicleta, pero ¿qué pasa en la calle? Eso también es espacio público y ahí el tema cambia, porque quienes circulan en vehículos motorizados ya no respetan ese espacio público como deberían hacerlo.

Las calles de las ciudades desde hace más de cien años son dominadas por los vehículos motorizados, los cuales fueron desplazando a las personas hacia los lados y dejando poco espacio para caminar, y entonces ese espacio publico quedó reducido para las personas y acomodado más a la circulación vehicular; que con el paso del tiempo y no teniendo más espacio para acomodar más autos han empezado a ocupar terreno que no le es propio como las veredas.

Se busca permanentemente evitar la ocupación ilegal del espacio público destinado a las personas, y creemos que más allá de la responsabilidad que nos cabe a cada uno, la infraestructura urbana debe acompañar esa necesidad que tienen las personas de recuperar el lugar que perdieron hace mucho tiempo.

El espacio público también es un lugar que debe mantenerse limpio y saneado, las personas muchas veces no toman conciencia de lo importante que es mantener la limpieza y el orden en las calles, sencillamente porque es un lugar de uso común y compartido y que todos debemos poder disfrutar en armonía protegiendo el medio ambiente.

Nada nos cuesta tirar un papel en el cesto de basura más cercano, un pequeño acto que nos dignifica como personas responsables en el cuidado del medio ambiente y del espacio público que es de todos, y por ser de todos es que debemos cuidarlo como si fuera nuestra casa. En la calle circulamos todos los días, para ir al trabajo, para hacer compras, para ir a la escuela, para pasear, entonces por qué no hacer que ese espacio este cuidado.

Es nuestra absoluta responsabilidad cuidar el espacio público, ya sea cuando conducimos un vehículo o cuando caminamos por la calle; y recuerda siempre que cuidar lo que tenemos es cuidarnos a nosotros mismos.

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