Las redes sociales son una herramienta importante a la hora de activar movimientos y si se usan apropiadamente suelen ser muy efectivas, pero en ese camino uno va encontrando situaciones que generan frustración, cansancio, incomodidad y hasta hartazgo, que llevados a niveles de intensidad extrema repercuten en la vida de cada uno de maneras diferentes.

En lo personal creo que me fue muy útil utilizar las redes para comunicarme con la gente, transmitir mis opiniones, mis observaciones diarias, mis frustraciones, hacer catarsis, llegar a lugares inimaginables y hasta debatir temas que me ayudaron a aprender mucho de lo que se con respecto al ciclismo urbano, la seguridad vial y el urbanismo, conocí gente muy interesante, conocedores/as de todos estos temas, que me han aportado valiosísima información que me ayudó a crecer, entender muchas cosas relacionadas con la bicicleta y a interrelacionarme con las personas.  Esto es lo positivo y lo celebro.

Lo negativo de todo esto es la forma en la que muchas personas usan este medio de comunicación, gente que aporta nada, que solo destila odio y que sin darnos cuenta nos va desmoronando, o al menos eso es lo que me está pasando hoy, por imprimirle una profunda intensidad a la causa, y es justamente por esa razón que tomé la decisión de alejarme de las redes sociales, para dedicar mi tiempo a lo más importante, mi familia.

Estoy tratando de convencerme que puedo hacer mucho por las personas sin tener que lidiar en redes sociales llenas de odio y gente rota que no necesitamos.

Si quieren seguir en contacto conmigo ya saben donde encontrarme, arriba de la bici.

Abrazo.

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