Es habitual encontrar gente que dice que no sale a andar en bicicleta porque tiene miedo, que la calle es peligrosa, que hay muchos autos, que la gente es agresiva y que no respetan a quienes andan en bici.

Ese miedo, perfectamente entendible y justificable, es el mismo miedo que nos debe servir para perderlo y aprender de que forma poder andar en bicicleta sin temor a equivocarnos; transformar ese temor en una herramienta que nos ayude a fortalecer nuestro derecho a utilizar la calzada como cualquier otra persona.

Es razonable tener miedo a salir a la calle en bicicleta, solo observando la vertiginosa vida que se vive en nuestras ciudades, como deberíamos tenerlo cuando salimos a caminar, y sin embargo no nos pasa; y no por eso debemos ahogarnos en ese temor, sino todo lo contrario, usarlo a nuestro favor. Como logramos eso, parece ser la pregunta.

Lo más importante es querer hacerlo, tener voluntad, convencimiento de lo que uno quiere hacer. Agarrar la bicicleta y de ser posible conseguir a alguien que nos acompañe, porque siempre es mejor empezar rodar en compañía, ya que eso nos empodera y nos brinda confianza, además de sentir que no estamos solos y que contamos con una contención muchas veces necesaria.

En la calzada, lo primero que debemos aprender es a no colocarnos en una zona donde no nos sintamos cómodos, siempre rodar en el sentido del tránsito, no hacer zigzag entre los autos, circular con prudencia y precaución y atentos al movimiento repentino de autos y especialmente de peatones, y por sobre todas las cosas aprender a gestionar los puntos ciegos, que son aquellos lugares donde los autos y muy especialmente los grandes vehículos como buses y camiones pierden en algún momento la visión que pueden tener desde sus espejos retrovisores. Una manera de evitar los puntos ciegos es evitar rodar en lugares reducidos entre vehículos mientras estos estén en movimiento, porque es en ese momento donde los puntos ciegos nos hacen mucho más vulnerables y nos exponen a situaciones indeseadas que pueden causarnos daño.

Andar en bicicleta es fácil, solo hay que utilizar ese temor para darnos cuenta que es mucho más fácil de lo que creemos, y que es divertido si lo hacemos prestando atención y considerando que siempre tenemos el derecho a circular por la calzada, porque creer que las calles son para los autos y que la bici es un estorbo, es seguir incrementado esa sensación de temor, en lugar de utilizarlo positivamente a nuestro favor.

Sabemos que el tránsito en la ciudad suele ser agresivo, pero podemos circular en bicicleta con la convicción de estar haciendo lo correcto y eso nos empodera y nos pone en el lugar correcto, de lo contrario estaremos dándole a los automovilistas un poder que en realidad no tienen, más allá de su tonelada de peso.

La calle fue hecha para compartirse y está en nosotros hacer valer ese derecho, porque es nuestro, porque es la forma de mostrar que la gente puede moverse de otra manera, y si bien la infraestructura ciclista es un elemento urbanístico que ayuda enormemente a que mucha gente salga a andar en bicicleta, también hay que entender que no vamos a tener esa infraestructura en cada calle y rincón de nuestra ciudad y si queremos realmente disfrutar de nuestros viajes en bicicleta tenemos que transitar ese camino del miedo sin sentirnos culpables, y poner al miedo de nuestro lado, que sea parte de nuestro aprendizaje y que nos acompañe para fortalecernos.

Es importante también darnos cuenta que no estamos solos cuando andamos en bicicleta y que también le debemos respeto a los otros, por ese motivo es fundamental que anunciemos nuestras maniobras, avancemos cuando nos sintamos seguros de hacerlo cómodamente.

Usar luces y elementos reflectantes son las dos cosas que en mi opinión considero que nunca deben faltar en una bicicleta y con respecto al casco, no quiero ni pretendo quitarle importancia ni seguir zanjando una agrieta, pero es solo un elemento más de protección personal adicional que puedes usar para tu comodidad, como lo hago yo cada día.

Salir a andar en bicicleta es divertido, es saludable, es económico, es eficiente, no contamina, no hace ruido, y verás que nunca más vas a querer bajarte de ella. Garantizado.

Deja un comentario